Cómo evitar las contracturas de espalda

Cómo evitar las contracturas de espalda


Una contractura es una rigidez articular que puede reducir el movimiento, suele ir acompañado de dolor. En la gran mayoría de los casos requiere tratamiento por parte del fisio y en casos más graves medicación.

 

Las contracturas de espalda son muy dolorosas y pueden provocar rigidez, quemazón y dolor, que en muchas ocasiones tan sólo se soluciona consultando con el especialista. Nos limita en nuestro día a día, afectando hasta nuestro descanso.

 

Las contracturas musculares en la espalda se deben en gran medida a:

 

  • Hacer ejercicio muy intenso o movimientos bruscos
  • No calentar antes de hacer deporte puede provocar lesiones. Esto provoca que la columna sostenga gran presión y llevando a los músculos al límite.
  • Posturales, las malas posturas delante del ordenador.  Cuando pasamos gran cantidad de horas por trabajo o por jugar a un videojuego o por enfermedad en la misma postura puede provocar contracturas.
  • Como consecuencia de algunas lesiones por fracturas que nos hacen llevar escayolas provocando que nuestras articulaciones no tengan movimiento natural.
  • Las corrientes o cambios de temperatura, tampoco favorecen y puede producir contracturas. Hay que evitar abrir la ventanas para que entre aire sin camiseta o dormir con aire acondicionado o ventilador que nos de directamente.
  • Enfermedades: parálisis cerebral, esclerosis, enfermedades infantiles, problemas de psicomotricidad o afecciones musculares u óseas… también conlleva en ocasiones múltiples contracturas

 

Podemos intentar hacer unos ejercicios que pueden aliviar la tensión y nos ocuparán unos minutos:

 

  • Sentada en el borde de una silla, con las plantas de los pies apoyadas en el suelo y la espalda recta. Une las manos y elévalas intentando tocar el techo. 5 repeticiones

 

  • Túmbate bocabajo, arquea la espalda colocando los brazos a la altura del pecho y estira hasta que los codos queden rectos.  5 repeticiones

 

  • Flexiona las piernas, coloca una mano en el muslo y la otra elévala hacia su lado opuesto, haciendo que el costado se estire lo más posible

 

Si tenemos en cuenta lo que nos puede provocar una contractura y cambiamos hábitos, llevamos una vida ordenada, sana que combine ejercicio y dieta equilibrada, nuestra salud nos lo agradecerá. Además claro está de no olvidarnos nunca que ante cualquier molestia mejor es consultar con el especialista.

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